
En el principio, antes de la imprenta, la estampación de imágenes no se consideraba una de las bellas artes, sino un simple medio de comunicación. No fue hasta el siglo XVIII que las estampaciones se empezaban a considerarse arte, y no hasta el XIX que los artistas comenzaron a producir ediciones limitadas, firmar sus copias y autentificar esas copias con información de la tirada anotada en los márgenes. El grabado se remonta al hombre de las cuevas, ejecutado sobre piedras, huesos y las paredes de las cuevas. La duplicación de imágenes grabados data de hace unos 3.000 años cuando los Sumerios grabaron diseños sobre sellos cilíndricos de piedra. Los académicos creen que los chinos produjeron una forma primitiva de impresión hacía el siglo II a.c. Los japoneses hicieron las primeras impresiones auténticas, xilografías de exvotos budistas a mediados del siglo VIII.